Sunday, May 05, 2013

Ayer el predicador de verdades suyas...Alberto Caeiro




Ayer el predicador de verdades suyas
habló otra vez conmigo.
Habló del sufrimiento de las clases trabajadoras
(No de las personas que sufren, que es al final quien sufre).
Habló de la injusticia de que unos tienen dinero,
y de que otros tienen hambre, que no sé si es hambre de comer,
o si es sólo hambre de la sobremesa ajena.
Habló de todo cuanto pudiera hacerlo enojar.

¡Qué feliz debe ser aquel que puede pensar en la infelicidad de los otros!
Qué estúpido si no sabe que la infelicidad de los otros es de ellos.
Y que no se cura por fuera,
¡Porque sufrir no es tener falta de tinta
o que el cajón no tenga aros de hierro!

Que haya injusticia es tanto como que haya muerte.
Yo nunca daría un paso para alterar
aquello a que llaman la injusticia del mundo.
Mil pasos que diera para eso
serían sólo mil pasos
Acepto la injusticia como acepto que una piedra no sea redonda,
o que una encina no haya nacido pino o roble.
Corté la naranja en dos, y las dos partes no podían quedar iguales.
¿Con cuál fui injusto — yo, que me comeré a ambas?


Alberto Caeiro
Poemas inconjuntos
traducción de Mario Bojórquez